Os deseo, a todos, el mayor de los exitos en el 2010. Es decir, que la felicidad os atraviese el corazón.
lunes, 21 de diciembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
Matrioskha cotidiana
Pongamos que el otoño A (de gripe) empieza con el gran H (de hermano) en un contexto C (de crisis) y con un tiempo P (de paro) más bien parece todo una M (de miedo).
Visto o visto, la vida se asemeja más que nunca un juego de muñecas rusas: una matrioskha cotidiana que encierra dentro de cada de ella una experiencia peor. Analizar el inicio del programa de Gran Hermano de esta edición en este contexto no parece otra cosa que tapar una miseria con otra mayor. Los humanos somos capaces de vivir nuestra desventura si la envolvemos con una infelicidad mayor de los otros. Y así nos va.Viene una época difícil que necesitará más que nunca un esfuerzo de responsabilidad para ver las cosas con la máxima nitidez y realidad. Por eso recomiendo poner en OFF la TV.
Visto o visto, la vida se asemeja más que nunca un juego de muñecas rusas: una matrioskha cotidiana que encierra dentro de cada de ella una experiencia peor. Analizar el inicio del programa de Gran Hermano de esta edición en este contexto no parece otra cosa que tapar una miseria con otra mayor. Los humanos somos capaces de vivir nuestra desventura si la envolvemos con una infelicidad mayor de los otros. Y así nos va.Viene una época difícil que necesitará más que nunca un esfuerzo de responsabilidad para ver las cosas con la máxima nitidez y realidad. Por eso recomiendo poner en OFF la TV.
lunes, 2 de febrero de 2009
Crisis de la crisis
La diferencia entre una crisis y un cambio es fácil de entender si hablamos de nosotros (los clientes de los bancos, por ejemplo) en lugar de ellos (los bancos, por decir algo). Un cambio es algo natural en la vida. Pasa cada día y con esfuerzo y una dosis de alegría los pasamos (es como las subidas del Euribor, más o menos). Pero una crisis es cuando no hay Euribor. Es decir, en un cambio, todos sabemos que pasa, pero en las crisis no conocemos el destino final. En otras palabras, un cambio es cuando alguien cambia su pareja por otra; y una crisis es uno es el "cambiao". En su primera fase, las crisis trae una inmovilización por el efecto de la sos presa mayúscula (al fin y al cabo eres el último que te has enterado de que tu pareja estaba con otr@). Pero el verdadero peligro viene más tarde. Después de las crisis vienen las crisis de las crisis. Es decir, sabiendo que has sido el último en enterarte, te entra un sentimiento de culpa que, mezclado con la rabia de ser el "pringao", empieza una fase de odio que te da igual lo que pase. En este punto, la mala praxis de la vida puede llevar a una deseparación personal y un odio contra todo lo que te rodea. Esperemos que los gobiernos, los bancos y demás personal involucrado en la crisis sean capaces de darse cuenta que la cosa va en serio. Es cierto, que la experiencia siempre nos demuestra que acabamos agradeciendo que aquel lejano día nos hubieran dejado, ya que lo encontrado de nuevo ha sido mejor. Mientras tanto un tiempo solos no nos irá mal.
viernes, 30 de enero de 2009
Ideales o ideas
Los ideales son una plataforma de llegada al pensamiento. Son básicos para mantener la coherencia de las acciones. Sin embargo, el resultado no siempre es el correcto. Los ideales son ideas generadas en un contexto concreto en un momento especial. Pero llega un momento que los contextos se van y los ideales se quedan. Así las cosas, gestionar una empresa, una familia o un país con ideales de otra época no es otra cosa que querer cambiar el entorno para que cuadre con el ideal. Así los políticos dirigen desde sus izquierdas, sus derechas y sus centros desde los ideales sin entorno, ocupándose de ser coherentes con lo que pensaron que eran pero sin tener en cuenta lo que es.
Quizás deberíamos empezar a plantearnos ideales de salida en lugar de copiar los ideales de entrada a los que estamos acostumbrados. La incertidumbre actual demanda un salto de complejidad a todo el mundo y "izquierdas; derechas y centros" quedan obsoletas por la maraña de fenómenos que pasan a nuestra izquierda, derecha y centro.
Los ideales de llegada (ideas para gestionar la incertidumbre) son los que han de movilizar las decisiones. Aquellas palancas del pensamiento que manejan los conflictos de la gente para conseguir el ideal supremo de la felicidad.
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