lunes, 2 de febrero de 2009

Crisis de la crisis

La diferencia entre una crisis y un cambio es fácil de entender si hablamos de nosotros (los clientes de los bancos, por ejemplo) en lugar de ellos (los bancos, por decir algo). Un cambio es algo natural en la vida. Pasa cada día y con esfuerzo y una dosis de alegría los pasamos (es como las subidas del Euribor, más o menos). Pero una crisis es cuando no hay Euribor. Es decir, en un cambio, todos sabemos que pasa, pero en las crisis no conocemos el destino final. En otras palabras, un cambio es cuando alguien cambia su pareja por otra; y una crisis es uno es el "cambiao". En su primera fase, las crisis trae una inmovilización por el efecto de la sos presa mayúscula (al fin y al cabo eres el último que te has enterado de que tu pareja estaba con otr@). Pero el verdadero peligro viene más tarde. Después de las crisis vienen las crisis de las crisis. Es decir, sabiendo que has sido el último en enterarte, te entra un sentimiento de culpa que, mezclado con la rabia de ser el "pringao", empieza una fase de odio que te da igual lo que pase. En este punto, la mala praxis de la vida puede llevar a una deseparación personal y un odio contra todo lo que te rodea. Esperemos que los gobiernos, los bancos y demás personal involucrado en la crisis sean capaces de darse cuenta que la cosa va en serio. Es cierto, que la experiencia siempre nos demuestra que acabamos agradeciendo que aquel lejano día nos hubieran dejado, ya que lo encontrado de nuevo ha sido mejor. Mientras tanto un tiempo solos no nos irá mal.